En la primera final disputada por dos equipos españoles en la competición, y segunda en la historia de las competiciones continentales tras la de 2000 en Liga de Campeones, los sevillistas se alzaron con su segundo título consecutivo. En 1958, Brasil consiguió su primer título en Copas del Mundo, además de ser un campeón del mundo indiscutible, con un equipo conformado por 22 jugadores brillantes, titulares y suplentes, en cada posición.